EDICIÓN 2023
VIDEOCONVERSACIÓN
LA GRUTESCA
CONVERSACIÓN CON ESCARLATA CIRCUS
JOAQUIM ARMENGOL
por Proscénium
Maravillas y variedades
Por lo que sé, todo empezó en París con el choque emocional entre Bet Miralta y Jordi Aspa. De ese encuentro y de aquellas chispas nació la compañía Escarlata Circus. El asunto comenzó en el verano de 1987, en un pueblo escaso del Montseny. Aquella primera exhibición se llamaba Circo, maravillas y variedades , un espectáculo vivo de calle. Hoy, tantos años después, la compañía sigue tan enérgica como siempre. Ningún espacio se les resiste. Si esa primera función pisaba la calle, ésta última se adentra en la intimidad de una carpa pequeña. La grUtesca , el montaje estrenado este año, es un gozo poético, delicado y entrañable.
Un pitido dijo que los Escarlata Circus practicaban “el estrambotismo poético”, una especie de collage íntimo, hilarante y abrumador. No me parece mal visto, pero la ocurrencia queda, en mi opinión, un poco corta de miras porque el arco que abarca la compañía es amplísimo. Una magnitud que deriva de una larga evolución de lenguajes. En todos los espectáculos se encuentra el humano, el extraño y la sorpresa, algún hallazgo escénico que dura en la memoria. Son experiencias orgánicas, artísticas y emocionales que generan surcos de recuerdo. Y quizás el tiempo pasa, sí, pero quedan, perduran imágenes y palabras, empeñadas.
El secreto, pienso, es ese conseguir momentos especiales de conexión con el público, momentos que tienen que ver con uno mismo, con lo esencial, con el zoco y el somos. Es la cara humana que se expone a través de un imaginario sofisticado, pero de apariencia sencilla, de detalle preciso y precioso. A veces son meros susurros, otras hacen surgir al niño que escondemos, el estallido de la carcajada, la pregunta filosófica o la introspección… Y sí, es circo. Y el circo es libertad pura, la vida distorsionada por un espejo dado la vuelta, una imagen pasada por el ilusionismo y la imaginación, que a veces es trágica, otras chispeante y magnífica: saltos y piruetas, voltereta y contorsión, chasquidos de látigo, gajos, ganchos, cuchillos, y cuchillos; piedras, ternura y corazones, oscuridad, globos, juegos y acrobacias…, y un irrenunciable espíritu feriante. Es el enigmático mundo de Escarlata Circus.
Haga números, pese la balanza. Todo son 35 años de escenario y una fabulosa cantidad de espectáculos, algunos de los cuales son francamente inolvidables: Devoris causa , Pugilatus , Cabaret Petrificado , Corroc, Cena de piedras y La grUtesca , que son los que he visto.