EDICIÓN 2023

REPORTAJE

ROSSEND LLURBA

ROSSEND LLURBA Y LA CONSTITUCIÓN DEL MUSIC-HALL CATALÁN

JOAQUIM ARMENGOL ROURA

por Proscénium

El pequeño Rossend Llurba llega a Barcelona con su familia en 1894, cuando tenía siete años. Provenía del Vilosell, en la comarca de las Garrigues, justo en el límite de la Conca de Barberà. La familia se instala en el Poble-sec, espacio mítico, en el número 16 de la calle del Roser. Vivió allí cincuenta años, y no se movió. Con quince o dieciséis, mostrando la vena poética típica de la edad, publicó unos primeros versos en el semanario La dida . Dicen que trabajó bastante tiempo en una carpintería de la calle de Fontrodona. El olor de la madera y el ambiente debían inspirarlo fuertemente porque con dieciocho años ya colabora en el semanario de carácter catalanista radical La Tralla , que apareció en Barcelona en octubre de 1903, bajo la dirección de Domènec Fornés. La Tralla sufrió numerosas denuncias por la causticidad de sus chistes y artículos. De hecho, el semanario fue clausurado por las autoridades en enero de 1907, y algunos de sus redactores fueron encarcelados. Cabe recordar que Llurba mostró siempre una catalanidad muy consciente y vindicativa. En 1912, el año que nacía la Mancomunidad de Cataluña y Prat de la Riba iniciaba proyectos primordiales para el desarrollo cultural y lingüístico de Cataluña, él escribía consciente de la necesidad de forjar, en los teatros de carácter frívolo, un music-hall hablado y cantado en catalán:

"¿Nunca habéis pensado, amigos míos, en la victoria que representaría por nuestra raza, la constitución de un music-hall catalán? Yo creo que este género de arte alegre y deliciosamente cautivador, haría un gran bien dentro de nuestras costumbres un poco demasiado austeras y dadas al trascendentalismo. Es cierto que nuestro carácter no se es dado mucho. el día que sepamos desprendernos de ciertos convencionalismos que forzosamente nos hacen apáticos ante la forma de sentir de otros pueblos tan cosmopolitas y algo galantes que el nuestro, la causa santa de nuestra patria habrá dado un gran paso.

¿Inmoral?… No: no lo piense. Yo creo que todo lo inmoral es lo feo, y ¿quiere decirme qué fealdad hay en la sonrisa picaresca de una cupletista graciosa, de labios rojos y mirada abrasadora? ¡Oh! Yo concepto, mucho más feo, y por tanto inmoral, un cuello de mujer extremadamente tapado, que con un escote y mostrando la blancura de sus carnes a la voracidad de los peatones quienes pasan y tienen la suerte de contemplarlo!

No seamos hipócritas. Quien más quien menos piensa lo mismo que yo, que sería una hermosa cosa el saber que entre estas estrellas de carne que van por el mundo esparciendo la gracia de sus movimientos y la dulzura de sus canciones, hay catalanas: no sé por qué me viene a la punta de la pluma el recuerdo de Lluïsa de Vignè y Amàlia Molina ‘Amàlia Molina’

En la orilla del mar,

hay una doncella…

En 1909 escribe para la revista de la Sociedad Recreativa La Igualitaria , firmando algunos artículos con el seudónimo “Pierrette”. Un año después estrena su primera pieza de teatro Fiesta completa , en el Teatro Asiático. Y entre los años 1911 y 1915, con Antoni Castells Casas, hacen unos cuplés y un par de zarzuelas: La canción del ambulante (1911) y Una apuesta galana (1915). En medio colabora con una revista teatral llamada De todos colors , con sección fija: Ecos del Paral·lel y Del bulevar Paral·lel . En 1913 estrena su primer cuplé: Los impertinentes mágicos , también con música de Antoni Castells. Este primer cuplé tiene un cierto eco, especialmente en el Papitu , porque el semanario hizo una parodia en catalán llamada Con mi anteojo … Esto entraba en la normalidad del país, antes de existir el primer cuplé catalán existieron las parodias catalanas de los cuplés castellanos, conocidos sobre todo en el Papitu , bajo la pluma del ‘jo’. El humor y el espíritu catalán ligaba más para parodias de cuplés que para ser serios. Y es que, como sabemos, en Cataluña la parodia es un impulso creativo fenomenal. Lo mismo podemos decir de la zarzuela catalana que nace a mediados del siglo XIX, a partir de una parodia o gatada que hace Frederic Soler de un drama llamado La campana de la Almudaina de Juan Palou y Coll (1859) y que el gran Pitarra titula L’esquella de la torratxa , con música de Joan S4. Los años que van de 1917 a 1920 son formidables para Llurba, escribe el primer cuplé para ser cantado en catalán: La Font del Xirineu , popularizado por Raquel Meller; y Besos fríos , el cuplé en castellano que más fama y rendimiento le da. La música es de Modesto Romero. No cabe duda de que el cuplé animaba la vida frívola de Barcelona; pero de hecho surge de unas necesidades a la vez artísticas y patrióticas. Según Miquel Poal Aregall en El libro del cuplé catalán (1919), el cuplé había nacido de las manos de un poeta oscuro que firmaba con el seudónimo de Biorito: Toribi Torrents y Rourell. Ahora bien, según la colección quincenal Coses de Catalunya , nació de las manos de Rossend Llurba. El cuplé fue presentado como un tipo de canción frívola, una especie de canción escenificada, un monólogo de tipo amoroso puesto en boca de una chica, que mezclaba el buen gusto con la malicia; sin embargo, era considerada una obra de arte capaz de remover los instintos patrióticos del pueblo. De hecho, era una manera de interesar a los catalanes por lo propio. Llurba, irónico y astuto, atribuyó directamente a Dios la autoría del cuplé y definió sus rasgos más significativos de esta manera:

"Un buen día, Dios, que contemplaba desde la Gloria la tierra catalana, se dio cuenta de que, a la felicidad de ésta, le faltaba una cosa: dulces canciones de picardía, articuladas en un ambiente de corrección. Y para que todo quedara bien hecho, decidió crear el cuplé catalán y la sacó con el corazón mismo de Barcelona, ​​sacó, del corazón mismo de Barcelona, ​​dos. suave dulzura de los labios rojos de una chica. Así gracias a la fusión de estos ingredientes, el género logró una notable difusión:

En el corazón del pueblo a continuación

entra el cuplé con tanto deleite

y tomó en su punto tanto vuelo,

que por las plazas y calles,

dentro de los despachos y talleres

oiréis siempre la tonada ”.

Sin embargo, es Llurba quien con su dedicación intelectual da más amplitud cultural al cuplé cuando habla “de este género delicioso dentro del ambiente de los teatros donde se cultivan las variedades, poniendo, así, una chispa de arte y de catalanidad, sobre todo, en lugares donde estos dos sentimientos estaban poco menos que desconocidos”. Y destaca que:

“Catalunya puede estar satisfecha de este expandimiento de nuestra canción, por cuanto hasta ahora únicamente nos era posible oír cantar en nuestro idioma a corazones ya orfeones, nunca tan asequibles para popularizar las notas de sus cantos como los teatros donde se cultiva el género frívolo, y que, precisamente por esta misma complacencia. Felicitémonos (…) de que algo tan escaso haya obtenido que infinidad de artistas castellanas y extranjeras estudiaran el catalán al objeto de dar a conocer a sus públicos respectivos nuestras canciones frívolas, las cuales, en realidad, no representan otra cosa que una de las diferentes modalidades con las que debe contar nuestro teatro nacional.

Los años 1924 y 1925, en cambio, resulta una época trágica por Llurba, por causa de terribles desgracias personales. Mueren sus dos hijas (Trinidad e Isabel), su madre y casi él mismo por culpa del tifus. colabora vivamente y acaba siendo el director. Pero todo cambia en el año 1936, con la Guerra Civil. tiempo que corren, en 1939, escribe la zarzuela La Costa Brava , pero sólo puede estrenarla en castellano. En catalán lo hará en 1950, discretamente. en el cine Murillo del Paseo de la Bonanova. Es evidente que el hecho de poder ver películas le gustaba mucho, en su dietario inédito da fe, suele apuntar comentarios de todas las que veía. desaparecida, comienza a escribir su biografía del Paralelo. Pero sólo se conservan los dos primeros capítulos, unas veinte páginas, eso sí, sensacionales.

Y el fin llega. Rossend Llurba muere el 21 de marzo del año 1954, debido a la rotura de un vaso sanguíneo. Desde entonces, con excepciones gratificantes, silencio y olvido.

Para saber más

REPORTAJE

ROSEND LLURBA